EDUCACIÓN
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Jornadas de Directivos de Educación Infantil — Arenales Red Educativa
Colegio María Teresa y Colegio Santo Ángel (Madrid)
Los días 21 y 22 de octubre, los directivos de la etapa de Educación Infantil de la Red Arenales se reunieron en Madrid para compartir experiencias, aprender juntos y seguir mejorando la atención emocional y educativa de los más pequeños. La cita se desarrolló en los colegios María Teresa y Santo Ángel, y combinó sesiones formativas, visitas a aulas y espacios de diálogo con familias y expertos.
Autoría: Arenales Red Educativa
28 de Octubre del 2025
5 min de lectura

La ponencia central, “Detección de desajustes emocionales en Educación Infantil”, fue impartida por Mercedes Bermejo, psicóloga sanitaria y directora de Editorial Sentir. Su intervención ayudó a los educadores a identificar las señales tempranas de malestar emocional que pueden aparecer en la etapa de Infantil, y a comprender el papel clave del docente como acompañante en este proceso.
En los primeros años de vida, los niños expresan más con gestos, miradas o conductas que con palabras. Los profesores, junto con las familias, son los primeros en percibir esos pequeños cambios —miedos, inseguridades, irritabilidad, apatía— que, si se acompañan con sensibilidad, pueden convertirse en oportunidades de crecimiento.
“La emoción se ve antes de entenderse”, explicó Bermejo. “Observar sin juzgar es la mejor herramienta preventiva”.
Los asistentes reflexionaron sobre la importancia de mirar con ternura y presencia. Detrás de un mal gesto o un berrinche suele esconderse una necesidad no expresada: cansancio, miedo o inseguridad.
Una mirada educativa que acoge transmite al niño un mensaje esencial: “te veo, te entiendo, me importas”. Esa conexión emocional es la base del aprendizaje y del desarrollo equilibrado.
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Durante la sesión se repasaron algunos indicadores a los que conviene prestar atención:
El objetivo no es diagnosticar, sino observar y prevenir desde la cercanía.
El docente, por su contacto cotidiano con el niño, es la primera voz que puede detectar que algo pasa. Compartir esas observaciones con las familias, sin alarmar y desde el cuidado, es esencial.
Pequeños gestos —una palabra amable, un momento de juego libre o una rutina estable— pueden devolver al niño su calma emocional.
En la etapa Infantil, el bienestar del alumno está estrechamente ligado al del profesor. Por eso, las jornadas insistieron en la importancia de cuidar al que cuida.
La formación en educación emocional, la gestión del propio estrés y la creación de entornos serenos y alegres son claves para el equilibrio del aula.
“El tono de voz, la presencia y la serenidad del adulto son el primer entorno emocional del niño”, recordó Mercedes Bermejo.

Además de la conferencia, las jornadas incluyeron visitas a las aulas de Infantil del colegio María Teresa, una mesa redonda con familias y un intercambio de experiencias entre los equipos directivos.
El segundo día, celebrado en el colegio Santo Ángel, se abordaron temas como la evaluación formativa y la seguridad jurídica en el entorno escolar, a cargo de Virginia Nuevo.
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Las jornadas concluyeron con un mensaje inspirador:
mirar, escuchar y acompañar con calma es la primera forma de enseñar a los niños a sentirse valiosos.
Cuando un niño se sabe visto y querido, aprende sin miedo y crece en confianza.
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